Bahía Tortuga 1, 2 y 3

1.- Aterricé en el aeropuerto de Isla Baltra el martes 5 de abril, a mediodía ya estaba instalado en Isla Santa Cruz, muy bien alojado en Maytenus, ubicado a dos cuadras del pequeño parque del Edén, Puerto Ayora. El 6 de abril inicié mis caminatas (auspiciadas por el tiempo abierto del mundo, siestas al aire libre incluidas), de reconocimiento de la isla, con el inevitable retorno a Bahía Tortuga. Antes de las 8 am, ya habían grupos guiados de turistas de tiempo acotado, prestos a tomarse la estrecha senda que atraviesa 2.5 kilómetros de bosque seco encantado, cual invita al silencio y recogimiento de un templo natural para escuchar, a ritmo de galápago, sonidos melódicos de la Tierra y no el parloteo incesante de la humanidad. Ante la procesión ruidosa del Hombre, no queda más que acelerar y driblar obstáculos como alma en pena hasta volver a recobrar el silencio y aromas propios del sendero mágico que desemboca en Playa Brava. No anduve por Playa Mansa que constituye la meta de los más y que es maná contemplativo si se logra de ella minutos de intimidad. Había rumbo fijo hacia el extremo rocoso de Playa Brava y dejé que el iniciado entre en su isla salvaje.

El regreso al puerto vino despejado de grandes grupos parlantes. Llegando al muelle de pasajeros, al fondo, aproveché una banca vacía para tumbarme a gusto junto a lobos marinos retozando a la sombra de techos de policarbonato. De repente, alguien avisó de la presencia de peces grandes revolviéndose en las aguas turquesas, se trataba de la Raya Águila del Pacífico Oriental, en temporada de apareamiento, todo un acontecimiento.

2.- Me adelanté un tanto al arribo de grupos guiados a Playa Mansa, y conseguí minutos de intimidad con el bosque de opuntias gigantes y la barrera de manglares que forman la laguna. Luego fui al querido espacio del este de Playa Brava y topé con el único Cangrejo Ermitaño del Pacífico que pude capturar con la cámara, fue visto y no visto, pero no desapareció. Acá no faltaron lagartos y el arrullo cadencioso de aves endémicas.

3.- Pasadas las 7 horas, avanzaba por el fresco y sombreado sendero de bosque seco galapagueño, los trinos de jilgueros y el perfume de la isla vegetal me soltaron en la arena fina y cremosa, donde las iguanas marinas reciben las vitaminas del sol. Aproveché para caminar ida y vuelta Playa Mansa, sumida en el silencio de verdes manglares y rojizas opuntias. La laguna resplandecía subiendo de nivel, volví a recorrer paisajes que forman parte del ser.

De nuevo en la brisa y el oleaje de marea creciente de Playa Brava, pasé un buen rato con los cucuves y copetones del lugar, mientras el océano chocaba fuerte contra la orilla salpicando de espuma blanca la negritud volcánica. A media tarde, en el parque del Edén, me despedía un cucuve cantor.

Publicado el 11 de mayo de 2022 a las 05:08 PM por juanariasbermeo juanariasbermeo

Observaciones

Fotos / Sonidos

Qué

Raya Águila Ocelada (Aetobatus ocellatus)

Fecha

Abril 6, 2022 a las 02:02 PM -06

Fotos / Sonidos

Qué

Cangrejo Ermitaño del Pacífico (Coenobita compressus)

Fecha

Abril 18, 2022 a las 09:11 AM -06